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Hacks, Mulaney y la muerte del Late Night

Matarrita nos recomienda Hacks y Everybody’s Live with John Mulaney, dos series que se atreven a preguntar: ¿para quién son los late night shows en el 2025?

Por Daniel Matarrita

Control Universal es la columna de Daniel Matarrita con recomendaciones de series, películas y cualquier cosa que se pueda ver en una pantalla (de compu, de cine, del 3DS, uds sabrán). En su primera columna de televisión, Matarrita dibuja paralelos entre la serie Hacks y el late night Everybody’s Live with John Mulaney, dos hits que nos tomaron por sorpresa y recomendamos a ciegas.


¿Qué tal es su relación con los shows estilo Late Night?

Fallon, Conan, Letterman, Carson.

Corden if you’re nasty.

Ferguson si tienen un gusto impecable y quieren un nuevo amigo (DM me).

Ahora, ¿cuál puede ser la relación de una persona costarricense con un concepto y formato así de gringo? Algunas compañías de cable con costos tienen canales como ABC o NBC. Pero, ¿cuántos realmente vemos cable? Parece que ahora solo nos enteramos de qué pasa en los late nights por YouTube, clips de entrevistas en Tik Tok, Reels o Shorts (if you're nasty).

Es un tema para mí, como persona que está en un limbo extraño donde no soy tan joven para que Tik Tok sea mi aplicación más utilizada, pero tampoco tan viejo para no entender lo que significa ver edits de Diego Luna como Andor con música de LISA.

Y por eso mismo ha sido interesante ver la evolución del formato Late Night durante los últimos diez años, e imaginarme a la gente detrás de estos programas, los gen X y millennials intentando entender qué hacer para mantenerse relevantes.

Carpool Karaoke, Lip Sync Battle, Day Drinking. Todo el mundo está intentando algo, todos parecen estar mutando y pereciendo a la misma velocidad. No one knows what they’re doing dijo Mikey Neumann.

¿Qué será de este formato en los próximos años?

Dos series que recién finalizaron sus temporadas (y que puede ver completas en streaming ahora mismo) tratan de hacer con estos temas algo propio y deconstruyen la idea de qué es un late night show, aunque con dos enfoques muy diferentes.

Hacks: detrás de cámaras

Hacks (HBO, Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky), por ejemplo, nos sumerge en las políticas internas que requiere salir al aire con un show de este tipo en el 2025. Luego de tratar en temporadas anteriores la escema de comedia de Las Vegas, hacer un tour y especial de stand up comedy, la fama y éxito luego de sobresalir en ambas (y con una traición digna de que el episodio se llame All the Bells Say y sea musicalizado por Nicholas Britell), esta cuarta temporada Hacks se enfoca en la tensión de producir un Late Show con Deborah Vance como la anfitriona y Ava Daniels, como su escritora principal.

Y desde el minuto uno de esta temporada nos sumerge en lo que conlleva hacer un late show con las expectativas, la preproducción, la prensa, el peso, el pasado de Deborah y un futuro incierto pero que tiene que ser exitoso. Un hit. Algo que valga la pena haber gastado tanto dinero. Algo que valga la pena usar el tiempo que dura un show de este tipo. Pro todo con la cualidad comédica del show en la que las cosas más pequeñas se pueden volver un bit recurrente.

En el segundo episodio de esta temporada, una fría y graciosa ejecutiva de televisión interpretada por Helen Hunt, le dice a Deborah que la elección no era entre ella y otro host, era entre ella y simplemente no hacer nada con esa franja horaria. Matar el Late Night, mandarlo a un gran patio a jugar con otros perros, etc.

Esto no es algo ajeno a la realidad, por cierto. Al terminar el ciclo de James Corden con su versión de The Late Late Show, CBS junto con Stephen Colbert intentaron algo completamente diferente al formato establecido a partir de un remake del show @midnight que existió entre 2013 a 2017. Un show muy conectado al internet de esa época: memes, tumblr, twitter, hashtag wars (por supuesto ustedes recuerdan la época).

Aquella nueva versión, llamada After Midnight, iba a tener como anfitriona a la muy carismática Taylor Tomlinson en un show similar a su predecesor, con un panel de comediantes, tik toks, muy actual, apuntado a gente joven.

After Midnight show duró dos temporadas con el último episodio a estrenarse el 12 de junio de este año. Si bien es por razones propias de Tomlinson queriendo dedicarse a su carrera como comediante de stand up, la decisión de CBS de terminar con el programa y no hacer nada con esa franja horaria es una muestra muy clara de la posición en la que está este tipo de programas en pleno 2025.

Volviendo a Hacks, la atención al detalle a la producción de un show de este calibre que ha tenido la quinta temporada es emocionante: vemos la construcción del set, el pitching de ideas, iteraciones de chistes, discusiones creativas; una carta de amor hacia el late night por parte de los creadores.

Vemos todo el (tenso) camino que tomó llegar al primer episodio de este show que tuvo un monólogo inicial que hablaba de la ironía y comedia de tener a Deborah de vuelta como anfitriona de un show así, con una institución como lo es Randy Newman de invitado musical y con ratings enormes.

Pero la deconstrucción del late night se vuelve conflicto en el quinto episodio, Clickable Face, en el que el programa lleva una semana de haber iniciado, cuando afloran nuevas responsabilidades (y muchas preguntas retóricas) detrás de escena:

¿Qué tipo de programa estamos haciendo?

¿Qué tipo de programa queremos hacer?

¿Qué tipo de programa DEBERÍAMOS hacer?

“Esto tiene que ser un hit”, dice Deborah sin reparos de causarle pánico a su staff. Necesitan un programa que conecte con la mayoría de la audiencia posible, un programa que conecte con los hombres que les gustaría ver las piernas de Deborah, que le venda cosas a mujeres millennials, pero también un programa que diga algo de la actualidad.

Obsesionada con darle un perfil high brow a su programa de comedia, Ava pasa buscando constantemente cuándo es la fecha cuando anuncian las nominaciones de los premios Peabody, algo que me encanta porque por supuesto ese sería el objetivo principal de alguien que escribe desde un espacio no tradicional y que es muy pretencioso (hola).

Al final del siguiente episodio, luego de todos los desastres y breakdowns respectivos después de una pelea que parecía no acabarse y demasiados insultos para contar, deciden hacer lo que Conan O’Brien bien entendió por allá del 2009-2010 en su corto periodo en The Tonight Show: el show tiene que hacerse para ellas nada más.

Si no hace reír realmente a sus propias creadoras, ¿cuál es el punto de hacerlo?

Carta blanca: Mulaney

El nuevo late show de Netflix deconstruye (y reconstruye) el formato de late night. Sí, se transmite en vivo y sí, son invitados reales, pero John Mulaney toma libertades de lo que significa hacer un late show y en vez de pensar en la audiencia, la viralidad y los ratings, hace un programa que lo va a hacer reír a él y a quienes aprecian un sentido del humor enfocado en la especificidad.

En el monólogo del primer episodio de Everybody’s Live with John Mulaney, él dice “Netflix me ha dado una hora para presentarles a mis fans la cultura baby boomer que me ha convertido en el bicho raro e inquieto que soy hoy” y creo que esa es una muy buena intrducción para describir el estilo de este programa.

Incluso con la primera iteración de este programa, Everybody’s in LA —que estuvo en emisión durante seis días seguidos en 2024 como parte de las actividades en el festival de comedia Netflix is a Joke—, ya se podía ver el formato inusual al que le estaba apuntando. El primer episodio de esa serie, por ejemplo, introduce a las ciudad de Los Angeles como parte del cast, como otro de los bichos raros que se suma al panel, porque sí, en Everybody’s Live with John Mulaney, actores y actrices, comediantes y hasta expertos en coyotes se sientan en el mismo sillón, al mejor estilo de The Graham Norton Show (32 temporadas y contando, gracias a su dedidad de preferencia).

¡Sentaron en un mismo sillón, lado a lado, a Stavros Halkias y a John Waters!
También hay bandas o artistas invitades. Pero a como puede ser St. Vincent presentando una canción de su disco lanzado la semana anterior, puede ser Mannequin Pussy tocando “I Got Heaven”, una canción con poco más de un año de haber sido lanzada o hasta tener a Randy Newman (hey, Newman mentioned again!) cantando una de sus canciones de 1968.

En ocasiones, los músicos también se suman al panel (el episodio con Alanis Morrisette es increíble), pero la diferencia es que no están ahí promocionando alguna serie, película o proyecto personal. Cada episodio cuenta con un tema, que puede ser prestar dinero o la altura de las personas. Ajá.

El panel lo completa el mejor sidekick en años: Richard Kind, quien de vez en cuando recorre las calles de la ciudad para completar absurdas misiones.

Lo normal, reconstruido

A simple vista, Everybody’s Live with John Mulaney, tiene los ingredientes básicos de un late night. Un panel impredecible hablando en vivo. Un sidekick. Invitados. Tiene skits pregrabados. Tiene de tema principal “To Live and Die in L.A.” de Wang Chung, canción que es el tema principal de la película del mismo nombre estrenada en 1985.

Pero cada pieza se transforma en una oportunidad de mostrar un tipo de humor diferente y menos vainilla al que estos programas nos han acostumbrado.

Por ejemplo, los skits nos ofrecen una entrevista con Bubbles, el chimpancé mascota de Michael Jackson o un un focus group con todas las personas que fueron dobles en la película Terminator 2 o hasta tener a Bonnie Aarons, la actriz original de The Bum en Mulholland Drive como invitada.

Everybody’s Live es el secreto mejor guardado en medio del servicio de streaming más reconocido en el mundo. Verlo es no sentir que estoy haciendo gatekeeping porque nadie le está prestando atención. Es como me sentía cuando descubrí el mundo de The Late Late Show with Craig Ferguson unos tres años después de que ya había terminado. O como me siento viendo este episodio de The Chris Gethard Show, un programa con la misma energía DIY que podía tener algo como Wayne’s World si existiera en la vida real y uno de mis episodios favoritos de cualquier serie. Este siendo otro de los puntos de clara inspiración para Mulaney y compañía.

La sensibilidad de Mulaney se puede comparar mucho con el tipo de comedia que Conan O’Brien mantuvo por varias décadas en este mismo juego: comedia enfocada en lo silly, en lo absurdo y en lo que tenga menos sentido pero pueda sacar más risas. Y claro, en medio de ese absurdo también hay espacio para tener ansiedad por los ratings, capturar a la generación z y forzar “momentos culturales”, como en el genial mockumentary The Making of a Charli xcx Joke. Hasta el programa más absurdo del late night tiene dudas sobre cómo debería verse un late night show.

¿Morirá el late night?

Quién sabe. Tal vez desaparecerán poco a poco. Tal vez sí será uno de los daños colaterales de los cambios entre generación y generación. Tal vez ya no necesitamos ver entrevistas con las historias más revisadas y creadas en un laboratorio para que Jimmy Fallon haga su risa falsa y sea compartido más de 150K veces en Tik Tok. Tal vez ya no necesitamos que un comediante me enseñe en su programa una banda alternativa porque ya el algoritmo de Spotify se encargó de eso hace una semana y media.

Pero tal vez no.

Tal vez, con los esfuerzos de Mulaney y los consejos indrectos de Hacks, se mantengan vigentes de alguna forma que no se había pensado.

Quién sabe.

Sea como sea, ojalá nos siga haciendo reír como lo han hecho por tantos años ya.