Saltar al contenido

Taamadore es el arma secreta del pop urbano tico

La compositora tico-panameña de 23 años escribe canciones de sentimientos intensos para ella y para otros artistas locales. Hablamos con un talento innegable de la escena tica.

Por Carlox Soto

¿Vivir del arte? ¿de la música? ¿en Costa Rica? ¿en esta economía? Resulta que sí es posible y Taamadore, de 23 años, es prueba de ello. Hace tiempo que quería conversar con ella porque “Mota” y “Q PICHA” son canciones que a veces reproduzco subliminalmente en mis DJ sets y usualmente alguien llega a preguntar “¿qué es eso?”. Lo preguntan, asumo, porque suena fresco y es muy obviamente producto de una mente tica.

Yo sabía que Tama era bien mordida: de solo escuchar sus piezas de dancehall, reggaeton y fusión de afrobeats, uno se da cuenta que tiene buen gusto para los instrumentales. Y sabía, por sus letras, que no se deja que nadie la agarre de tonta. Tiene una personalidad como la que proyecta Bad Gyal, quien de hecho es de sus mayores referentes. Pero lo que no me imaginaba es que ella es ejemplo de que solo con un cuaderno y un lápiz se puede armar una carrera en la música. Cuando la llamé, estaba en medio de un campamento para escribir canciones para otro artista, canciones que de ser reproducidas en festivales o Spotify le generarán regalías. Y saber que Costa Rica tiene ese tipo de iniciativas sí que se celebra.

Siempre risueña, Tama me contó que era súper tímida antes y que, aunque no ha estado soltando música propia, en setiembre veremos nacer su primer EP.

¿Qué qué andás haciendo en Limón?

— Bueno, yo soy cantante y artista, pero también trabajo en composición musical. Hay un chico que hizo un campamento prácticamente y lo hizo aquí. Entonces, vamos a hacer música de él y simultáneamente yo también trabajo mis proyectos, digamos como work from home.

¿Quién propuso eso? ¿Cómo llegaste ahí?

— En realidad lo he hecho con diferentes personas, pero él es un artista, es costarricense, pero vive en Estados Unidos y hace poco hicimos uno en Colombia también. Él nos convoca y es como que le hacemos, no sé, tal vez cinco o seis demos y él se los lleva y los presenta por allá y luego trabajamos uno como más a profundidad y así. Entonces es bastante bonito.

Y digamos, ¿te cubren algo o te dan crédito o cómo funciona? Me toma por sorpresa esto, suena bien.

— Sí, obvio, obvio. Primero, bueno, él cubre los viáticos, la comida y eso. En el momento ese tiempo no lo cobro si ya se están cubriendo los viáticos. Si la canción ya va a salir, cobro un fee.

No había oído hablar de esa forma de trabajar aquí, aunque sí sé que es muy común, digamos, en Los Ángeles o Nueva York, lugares grandes de la industria. ¿Cómo surgió eso, de tu lado o te buscaron?

— Es que yo escribo demasiado todo el tiempo y me di cuenta que hay mucha gente que cuando llega a los estudios como que les cuesta demasiado componer o les cuesta sacar letras, entonces yo dije, "No, de fijo que puedo ofrecer esta vara y me va a ir bien”; porque hay muchísimos artistas que la gente no conoce tienen, un bloqueo creativo a la hora de componer y a mí me sale superfácil. Entonces, lo empecé a ofrecer en redes sociales, pero más que todo como tú a tú y ahí corrió la voz. Entonces eventualmente me llaman.

¿Cuántos temas han salido así en ese en ese formato?

— Muchos, la verdad. Sí, tal vez unos 15 o 20 por ahí.

Eso es un montón, porque digamos si cantás o si alguien más interpreta esa obra, eso te genera a vos también royalties, ¿verdad?

— Sí, obvio. Cuando las cantan, digamos, en un Picnic o un festival o incluso otros países, me toca.

¿No sé si decir nombres se puede o es tabú?

—Sí, se puede, obvio. Gima, algunas composiciones de Gimario. En algunas de Isa Oldenberg que no sé si sabes quién es, una chica que le mete mucho a TikTok y así, entonces es muy conocida. Hay otra que se llama Vero Luna; Estradda, también y varias ahí.

La generación de músicos millennial le huye mucho a varas como ACAM. Y me parece que en tu caso es todo lo contrario. ¿Cómo empezaste a trabajar de esa forma?

— Siento que siempre me junto o la vida me lleva a las personas correctas. Hay un muchacho que es DJ, se llama Kendo, yo empecé haciendo mi música con él. Él me llevó al estudio, Ocean, y ahí conocí a mi actual productor que se llama Dallas. Ellos siempre tuvieron la visión de hacer la vara grande, de “vamos a intentar hacer las cosas en orden y como se deben hacer”. Entonces ellos me empezaron a hablar de ACAM y yo también empecé a investigar por mi cuenta y un día fui, me hice asociada y aprendí como a registrar mis canciones y todo eso… y ya.

Siento que cuando usted se informa, usted se da cuenta de lo importante que es (registrar su música) y que más bien no hacerlo es un pecado. Me he visto muy beneficiada cuando tengo que cantar o cuando alguien canta. O sea, ¡es dinero! Es dinero y por algo que usted ama hacer. Entonces, más bien es un gangón.

Sí, sí. Es dejar plata en la mesa, full. Ahorita mencionaste un poco acerca de esos inicios y quería preguntarte cómo eso, ¿cómo fue dar el paso y empezar a formar una carrera?

— Amo cantar, de toda mi vida. Amo amo demasiado cantar. Siempre fui muy tímida. Ahorita probablemente yo digo, "Mae, soy demasiado tímida", y la gente es como, "No, nada que ver". Pero yo era demasiado tímida, o sea, a mí me daba vergüenza hasta pedir permiso para ir al baño en el cole, o sea, una cosa terrible. Pero yo siempre me preguntaba, "mae, ¿por qué me gusta tanto cantar y por qué tengo el deseo de cantar si soy tan tímida?". Se lo comenté a un profe de música y él me dijo: "No la voy a soltar hasta que se mande a cantar en el FEA (Festival Estudiantil de las Artes, organizado por el Ministerio de Educación)". Le hice caso, me mandé y gané, gané la nacional.

Hay un señor que es como el director de los profes de música del país y él creó una banda con los mejores músicos de cada colegio del país. Entonces, digamos, el baterista era de Pérez, el guitarrista era de Alajuela y éramos dos cantantes, era yo y otra chica que se llama Jessica Matus. Empecé a viajar por todo el país cantando y tuve que romper esa barrera de timidez y conocer gente por la música. Fuimos a lugares demasiado lindos, fue una experiencia increíble. Yo le doy demasiado las gracias a Dios porque no sé, fue como un sueño.

Ahí me di cuenta que Jessica, mi amiga, la que también cantaba, componía sus canciones y concursó en Canción por la Paz y ganó y pensé: "Uy, mae, yo quiero, yo quiero, yo quiero." Entonces empecé a escribir así pura tontera y al principio me sonaba superpolo todo lo que hacía (risas). Pero no me harté y quise descubrir mi esencia y mi estilo. Porque al principio yo sonaba como todo el mundo y yo dije, "Mae, no, o sea, tiene que llegar un momento en el que yo me siento satisfecha con lo que haga". Y seguí haciéndolo y haciéndolo y ya me empezaron a gustar mis canciones. Entonces, las empecé a subir a Instagram y la gente empezó a escuchar. Un día, literalmente terminé con mi novio, el mae se fue y ahí mismo escribí una canción, la grabé y la subí a TikTok y la vara se fue medio viral.

Y Kendo me escribió y fui al estudio y conocí a toda esta gente… No he parado de conocer personas desde que fui a estudios y ahora dejé la U y todo. Me quise enfocar en la música, dedicarme a esto 100% y lo he logrado, gracias a Dios. Soy artista, sí, pero amo apoyar artistas, amo participar en proyectos, amo componer para los demás. Okay, sí, puedo canalizarme a mí, puedo cantar mi música, pero esta persona llega con una vida totalmente diferente a la mía y yo puedo ayudarle a contar esa historia, igual como desde su esencia, pero con mis herramientas, digámoslo así. Entonces, mae, es demasiado fresco legal. Amo hacer esta vara, lo amo.

¿Qué estabas estudiando en ese momento?

— Enseñanza del inglés, para primero y segundo ciclo, escuela. En la UNA, ahí estuve 3 años.

Sos de San José, ¿de qué parte o dónde?

—Yo soy del centro de San José, de Zapote, pero mi papá es panameño.

¿Has tenido oportunidad de trabajar en Panamá o de hablar con gente que también trabaje allá en música?

— Sí, varias veces, hasta fui a hacer un video musical allá y conozco varios productores. Pero me gusta más el ambiente de aquí al hacer música, porque siento como que allá son, no sé, como muy rudos, medio tóxicos y como que manejan las cosas conchudas,... Esto a mi parecer, ¿verdad? porque yo soy una princesa (risas). Me gusta más cómo se maneja aquí. Pero tengo una canción con unos panameños y creo que es la más reproducida de las mías, se llama “La Bebi” y la hice allá.

Te he oído cantar Daniel Caesar o rancheras, y me llama la atención como que tu voz en esos casos es completamente diferente a la voz de Taamadore. ¿Cómo fue que forjaste esa otra identidad? ¿Fue al propio cambiarte la voz y modificarla con efectos?

— Eso viene desde lo que yo quiero transmitir, o sea, desde lo que estoy sintiendo. Mi letra, mezclada con mi con mi voz y cómo la hago son las cosas que me caracterizan. Sí es cierto que tengo una voz muy melódica y muy grande, para hacer melismas y varas así, pero cuando empecé y quería ser como racatá, ¿sabe?, como arratada. Es un poco mi manera de ser y me encanta; siento que tengo algo que no mucha gente tiene, entonces me gusta mucho experimentar con (la voz) y no sé, lo siento como muy mío. Lo demás lo hago muy bien, pero esto lo creé yo con mi cabeza y mi creatividad y lo que yo sé que yo soy. Es demasiado divertido.

¿Lo ves así como un alter ego, de pronto?

— Sí, todo ha sido como muy de pretender. Me lo creo realmente, me llené de esta energía así como arrebatadora, pero en realidad no era una persona así. Y ahora sí me siento en ese personaje, ahora sí siento que lo soy.

Contame de qué te gusta escribir para este proyecto y de qué te gusta escribir en general, ¿qué es eso que enciende la chispa?

— Me gustan los sentimientos muy intensos, como muy drama. El deseo, la sensualidad. Si canto sobre cualquier cosa, quiero que sea como que lo estoy viviendo demasiado, eso es lo que quiero siempre transmitir, esa intensidad y esa vulnerabilidad. Igual, si estoy cantando de que fui mala con un hombre, quiero que también eso sea muy intenso, al punto de que sea como too much. Eso me gusta.

Bueno, esta página se llama LA NECEDAD, entiendo muy bien el ser intenso. Pregunta random, ¿qué signo es?

— (Taama se ríe). ¡Virgo! Las perfeccionistas locas.

Has sacado varios sencillos, aunque la producción paró hace poco. ¿Qué tenés planeado? ¿Un álbum?

— Estaba haciendo mucho single porque siento que aunque tengo esencia y tengo muchas muchas cosas que son importantes para un artista, me faltaba hacer loco para llegar a pulir y definir algo en concreto, llegar a un concepto más firme. Entonces, eso he estado haciendo y ya tengo las canciones, ya tengo un concepto, ya tengo una idea de la identidad visual del EP. Viene un EP, no es un álbum.

Quiero que se sienta ese cambio, ¿verdad? Como “ajá, Tama es muy buena, pero pucha este proyecto viene bien hecho, o sea, se ve que es una vara bastante bastante pensada”. Ahorita sale una canción del EP, se llama "Maldita sea".

Tengo un equipo de trabajo, tengo a mi productor que es una pieza así super importante para mí en todo lo que yo he hecho. Es como que el maestro ha estado presente y ahora como que hemos establecido ideas más firmes de todo lo que vamos a hacer y hemos estado trabajando mucho en eso. Se ha visto la constancia y la disciplina. Tal vez antes estábamos yo en un mundo y él en otro mundo, pero ahora sí veo como que estamos más conectados y caminando hacia eso.

¿Con Dallas decís…?

— Sí, con Dallas. Y tengo un videógrafo y él es diseñador, entonces también mi otra mano, Luis Campos se llama. Entonces sí, ellos son mis pilares y ahí vamos. Todo va a salir super increíble, espero que en setiembre, estoy emocionada. El resto del EP probablemente salga en octubre, como al final.

¿”Maldita sea” será la secuela de “Malparido”? ¿La precuela?

— Ay, esa canción es sobre de una güila que está cansada ya está al puro tufo ya de estarse aguantando un mae, ¡está harta! (se ríe). Prácticamente le está hablando al mae, pero no es una posición ni de víctima ni de ruego. Más bien es como que ya ni siquiera hay como un deseo en sí, simplemente quiero expresar que estoy obstinada de esta persona que solamente ha venido a molestarme. Pero me da demasiada risa la letra porque en un momento le digo como que se lo va a comer El Coco, que la vara se va a acabar, que ya se va a terminar papito, que ya se murió.

He estado viendo muchas artistas de Costa Rica que están usando una voz más potente, hablando como golpeando más la mesa y eso es algo muy interesante y lo hacen en dancehall o hasta gente como Canina que hizo un dembow. Siento que están varias en esa misma línea de decir “ya no más”.

— O sea, todo en todo en exceso harta y siento que las mujeres, hablando mucho desde mi perspectiva, lógicamente, pero me atrevo a hablar por casi todas, estamos hartas de ver a la mujer en un estado de sufrimiento y verla como la víctima. Estamos hartas de ese panorama y ese escenario. Ya es demasiado, estamos obstinadas, incluso desde nosotras hacia otras mujeres y desde nosotras hacia nosotras. Aunque no sea como que uno siempre está empoderado –porque las mujeres son muy emocionales–, siento que el hecho de cantar sobre esto y posicionarlo, que las otras personas también lo escuchen, es alimentar al cerebro hablando del empoderamiento femenino, (decirles) que las mujeres ya no tienen que aguantar, siento que eso es parte del cambio.

Cuando saco una canción las mujeres son las que más vienen a mí y me hacen comentarios.Como por ejemplo: “es que cuando yo me maquillo, yo tengo que escuchar esta canción suya”. Y mae, esto significa mucho para mí, porque yo sé lo que es poner una canción de tal persona y sentirme bonita, escuchar algo que me empodera, que me hace sentir bien o que me hace sentir, no sé, con ganas de hacer cosas. Eso es muy valioso porque uno está afectando la realidad de otra persona para bien.

Por otro lado, para escribir hay que estar vulnerable, también. ¿A veces le surge como ese ese gusanito como de “voy a hacerlo por la trama o por la anécdota”?

— Yo siento que la composición es como un mundo mágico, usted puede hacer lo que usted quiera, decir lo que quiera y lo puede decir de la manera que quiera, incluso puede decir algo sin decirlo. No sé, me parece mágico. Entonces siempre parto de un sentimiento real, tal vez en una situación ficticia, pero es lo que yo haría, digamos, en tal situación. Es un juego ahí muy vacilón.